Esta columna fue publicada originalmente por El Vocero el 5 de marzo de 2022
El ataque salvaje y sin provocación perpetrado por Rusia contra el pacífico y democrático país de Ucrania continúa intensificándose de forma totalmente inaceptable. Esto ya no es solo una guerra entre dos países. El pasado jueves, Rusia bombardeó un reactor nuclear, el mayor de Europa, amenazando con la contaminación nuclear del hemisferio. Este horrible acontecimiento se ha convertido en un peligro existencial para toda la humanidad, para el mundo entero.
Con sus brutales acciones, Vladimir Putin ha demostrado ser el enemigo de la libertad y el enemigo del sistema del estado de derecho que nos permite vivir en paz, construir nuestros negocios y apoyarnos unos a otros con respeto. La guerra rusa contra Ucrania está geográficamente distante de Puerto Rico, pero las consecuencias de la matanza del pueblo de Ucrania en manos de Putin tendrán efectos en cadena para todas las personas y sociedades del mundo.
Por eso hoy, los soldados ucranianos, las organizaciones civiles de defensa de todo el país, hombres y mujeres valientes, están frenando al ejército del Kremlin, defendiendo firmemente los valores europeos y protegiendo a toda Europa y a todo el mundo democrático. Y todos debemos reafirmar nuestro compromiso con la paz y la libertad, no con el caos, no con el conflicto, ni con la guerra.
Mientras el panorama económico mundial se oscurece con el avance de las tropas rusas hacia la capital ucraniana, Kiev, la solidaridad internacional es clave. Ucrania es el segundo mayor exportador de granos del mundo. Piensen en lo que ocurrirá con los precios mundiales de los alimentos. Ucrania produce el 70% de los gases de neón, necesarios para la industria de los semiconductores y nuestra tecnología cotidiana. Ucrania es el 11o exportador de acero. ¿Cuánto costará la reconstrucción de Puerto Rico tras el huracán María como consecuencia de la oferta disminuida? Hoy, más que nunca, Puerto Rico debe insertarse en este escenario internacional. De lo contrario, sufriremos colectivamente el impacto económico y social de este conflicto.
Podemos empezar con desligarnos de los haberes rusos y boicotear los productos y servicios rusos, convirtiéndonos en el equivalente del siglo XXI al movimiento antiapartheid de finales del siglo XX, en el que las empresas de muchos sectores y sociedades se unieron para contrarrestar el racismo sistemático del régimen nacionalista blanco sudafricano. La forma más rápida de acabar con la guerra es detener los negocios con Rusia, desligarse de los haberes rusos y negarse a financiar el régimen de Putin y su asesinato de civiles inocentes hora tras hora.
La semana pasada, el gobernador Pedro Pierluisi emitió la Orden Ejecutiva 2022-018 para prohibir a las agencias de Puerto Rico contratar, invertir y comprar a entidades rusas, y la Cámara de Representantes presentó una Resolución Concurrente para expresar su oposición a la agresiva invasión perpetrada por Putin. Este es un buen ejemplo de lo que los gobiernos y empresarios de todo el mundo pueden hacer para concienciar, ayudar a degradar la economía de Rusia y disuadir a Putin de continuar con este devastador ataque.
Colectivamente, hemos dado por sentadas la libertad, la paz y la democracia durante demasiado tiempo, como ciudadanos y como empresarios. La guerra de Putin contra Ucrania ha puesto de manifiesto esta situación de forma cruda y alarmante. Las empresas deben desempeñar un rol crucial si creen en las virtudes de los factores ambientales, sociales y de gobernanza (ESG, por sus siglas en inglés), como el estado de derecho, el buen gobierno y los derechos humanos. Es hora de pasar de convicciones a la acción.
Pero también, como individuos, los puertorriqueños pueden hacer mucho para #ApoyaraUcrania.
Por ejemplo, puedes escribirle a tu representante en el Congreso, y puedes llamar a la Casa Blanca y pedirles que envíen armas adicionales y más sofisticadas para que este valiente pueblo pueda defenderse, y que impongan sanciones más severas para el sector financiero ruso, sus bancos, sistemas de pago y la venta de gas.
Hoy presto mi voz al futuro de una Ucrania pacífica y libre. Le ruego a cada puertorriqueño, a cada amigo, a cada extranjero, a cada estadounidense, que se solidarice con Ucrania y, a los creyentes, que recen por el pueblo de Ucrania.
Puerto Rico ha vivido horribles catástrofes naturales y los puertorriqueños han demostrado su capacidad de resistencia ante la adversidad. Puerto Rico tiene mucho que aportar en estos tiempos difíciles. Utilicemos nuestros medios de comunicación para alzar la voz por la paz, por el cese TOTAL de los bombardeos. Permanecer en silencio hoy es solidarizarse con el enemigo de la paz.
En las palabras de Winston Churchill, quien, desafiante ante la locura de otro tirano, dijo: “Si somos capaces de enfrentarnos a él, toda Europa podrá ser liberada y la vida del mundo podrá avanzar hacia las tierras altas, extensas e iluminadas por el sol. Pero si fallamos, entonces, el mundo entero, incluyendo los Estados Unidos, incluyendo todo lo que hemos conocido y nos ha importado, se hundirá en el abismo de una nueva era oscura, aún más siniestra”.
Espero que la paz y la libertad prevalezcan.
