En este nuevo ensayo sobre la política, el Departamento de Investigación y Política de la Junta de Supervisión y Administración Financiera examina las teorías sobre la motivación de los empleados y el rendimiento del sector público e identifica numerosos mecanismos no monetarios que pueden ayudar a reforzar un sólido rendimiento del gobierno.
Los funcionarios del gobierno han seguido centrándose principalmente en los aumentos salariales para reformar la administración pública y reforzar la capacidad del gobierno para hacer frente a los retos y necesidades del siglo XXI. Sin embargo, aunque la compensación monetaria y los incentivos financieros se consideran a menudo motores clave del rendimiento individual, una nueva investigación muestra claramente que se le da demasiado énfasis y se enfoca en la compensación, cuando en realidad la mayoría de los sistemas de incentivos eficaces no implican incentivos financieros.
Los autores también analizan el marco legal actual para la evaluación del rendimiento de los empleados públicos en Puerto Rico. El grupo de investigación encontró que las normas legales actuales relacionadas con la evaluación del desempeño de los empleados públicos están dispersas entre múltiples leyes, reglamentos, manuales de personal, reglamentos de evaluación del desempeño, acuerdos de negociación colectiva y cartas contractuales entre organizaciones de buena fe y entidades gubernamentales. Por último, el grupo examina los retos que plantea la aplicación de los sistemas de evaluación junto con los convenios colectivos.
Para dinamizar y mejorar la mano de obra del sector público, fomentar el compromiso y la participación en el trabajo, mantener el principio del mérito y crear un entorno de trabajo agradable y de alto rendimiento, el Estado Libre Asociado tendría que desarrollar un sistema de gestión y evaluación del rendimiento en todas las agencias gubernamentales. Es poco probable que la aplicación de un plan de compensación uniforme por sí solo suponga un cambio transformador en la calidad y la eficiencia de la prestación de los servicios públicos.
A través de una evaluación del rendimiento bien diseñada y cuidadosamente ejecutada, así como de otras prácticas estratégicas de gestión de recursos humanos, el gobierno puede impulsar la satisfacción en el trabajo y reforzar las mejoras en la capacidad del gobierno para abordar los retos del siglo XXI.