Imaginar a Puerto Rico sin LUMA Energy. Esto es lo que el presidente de la Unión de Trabajadores de la Industria Eléctrica y Riego (UTIER) nos pidió recientemente a todos que pensáramos. Imaginar. No requiere mucha imaginación. Cada puertorriqueño vive, no imagina, un Puerto Rico sin LUMA todos los días.
Mientras miles de puertorriqueños solicitan empleos en LUMA para poder ser parte del futuro de Puerto Rico, en lugar de quedarse estancados en el pasado, y LUMA se prepara para hacerse cargo de la red el mes entrante, demos un ligero vistazo a la realidad que dejaremos atrás cuando realmente comience la transición del sistema energético de Puerto Rico.
La realidad sin LUMA es la siguiente: si queremos electricidad confiable, debemos mantener un generador en nuestro patio, listo para encender en cualquier momento. Los hogares y las empresas pierden el servicio eléctrico, en promedio, una vez cada cinco semanas, en comparación con aproximadamente una vez al año para el cliente de electricidad promedio en otras partes de Estados Unidos. Algunos de nosotros no tenemos tanta suerte y perdemos el servicio eléctrico al menos una vez por semana.
Por los miembros de la Junta de Supervisión y Administración Financiera para Puerto Rico.
David Skeel, Betty Rosa, John Nixon, Justin Peterson, Antonio Medina, Andrew Biggs y Arthur J. González.
Los clientes de la AEE pueden registrar interrupciones en el servicio durante cinco horas cada tres meses. En 2020, la AEE reportó 417 interrupciones del servicio eléctrico debido a fallas del equipo, interrupciones en las plantas generadoras u otros errores del operador. Además, cada aguacero es un problema para la AEE, ya que la falta de mantenimiento provoca que las ramas y árboles caídos alrededor de las líneas eléctricas causen daños a la red.
Los empleados de la AEE reportaron cinco veces más incidentes relacionados con el lugar de trabajo que sus pares de la industria en otras partes de los Estados Unidos. Solo en los últimos seis meses de 2020, la AEE reportó 203 incidentes de seguridad y lesiones de los empleados.
La AEE ha demostrado que los operadores privados mejoran la gestión. La AEE externalizó algunas llamadas de servicio al cliente a centros de llamadas privados, y los tiempos de espera de los clientes se redujeron de un promedio de 30 minutos a cinco. Si pasara que su llamada es dirigida a un centro de llamadas de la AEE en lugar de uno privado, es 30% más probable que su llamada se interrumpa y que usted como quiera espere el doble del tiempo para que le contesten.
La realidad sin LUMA es la que tenemos.
En su lugar, imagine lo que LUMA hará para reducir los apagones y mejorar el servicio al cliente, simplemente porque está contractualmente obligada a hacerlo y su salario se basa, en parte, en lo bien que mejora el servicio y la confiabilidad bajo las métricas establecidas, no por LUMA, sino por el Negociado de Energía. ¿Qué incentivos tiene la AEE para mejorar? Ninguno.
La UTIER afirma que LUMA tomará dinero de las pensiones de la AEE. Eso es falso. Es la AEE la que lamentablemente descuidó sus propias pensiones, que al momento cuentan con menos de 20% de los fondos necesarios, lo que pone todo su sistema de jubilación en riesgo de insolvencia.
Desde que se anunció el acuerdo entre la Autoridad para las Alianzas Público-Privadas y LUMA el año pasado, la UTIER ha hecho acusaciones imprecisas y falsas basadas en hechos alternativos y no en la realidad. La UTIER no ha ofrecido alternativas para mejorar la AEE y la red eléctrica de Puerto Rico. Alega que la transformación es posible sin LUMA. No dice cómo. No dice cuándo. Lo que la UTIER ofrece es mantener las cosas como están.
La AEE tuvo su oportunidad. Creemos que Puerto Rico merece algo mejor. Merecemos contar con servicio eléctrico incluso cuando llueve. Merecemos hablar con alguien cuando llamamos. LUMA ayudará a que esta transformación suceda.
Imaginemos a Puerto Rico con LUMA Energy.