Un proceso de contratación transparente, centrado en los candidatos, habilitado por la tecnología y basado en el mérito es fundamental para dotar a la administración pública de Puerto Rico del talento necesario para seguir implementando la gestión financiera y las reformas estructurales que devolverán las oportunidades a los residentes de Puerto Rico.
Por tanto, la transformación de las prácticas de reclutamiento es un componente estratégico de la Reforma del Servicio Público (RSP) que la Junta de Supervisión y el Gobierno están implementando de forma conjunta. La Junta de Supervisión, la Oficina de Gerencia y Presupuesto (OGP) y el Departamento de Hacienda, además de la Oficina de Administración y Transformación de los R. desarrollaron un sistema de evaluación para ayudar a identificar las brechas de habilidades y las herramientas necesarias para cerrarlas.
Esta semana, la Junta de Supervisión y Hacienda ofrecieron a los supervisores una visión detallada de los resultados de la evaluación y de lo que los datos significan para la agencia. Además, en el taller se discutió cómo los supervisores deben compartir los resultados de la evaluación con sus empleados.
«Muchos empleados podrían tener una reacción visceral al principio cuando escuchan ‘evaluación de los empleados'», comentó Arnaldo Cruz, director de Investigación y Política Pública de la Junta de Supervisión, quien moderó el taller. «Los empleados asumen inicialmente que hay un elemento punitivo, en lugar de una oportunidad para crecer profesionalmente».
Sin embargo, «más del 77% de los empleados completaron la autoevaluación, mientras que el 98% de los supervisores completaron el proceso. Nunca hemos visto unas cifras de participación tan altas para un programa piloto de este tipo», aseguró Cruz.
Los paneles de desempeño (dashboards) que se presentaron durante el taller mostraban las competencias básicas y una imagen global de las fortalezas de la agencia y de las áreas por mejorar a nivel de departamento y de empleado.
El taller resaltó la importancia de la empatía y de aclarar las dudas que puedan tener los empleados en el proceso. Los empleados tendrán la oportunidad de elegir qué habilidades y competencias desean reforzar. A partir de los datos generados por estas charlas, el programa creará un plan de estudios en línea personalizado para cada empleado.
«Una gran parte de esa conversación entre el supervisor y el empleado se centrará en las formas de cerrar las brechas de habilidades mediante la formación profesional», mencionó Cruz. «Los supervisores también podrán medir con precisión el efecto de la inversión en el adiestramiento de los empleados e identificar qué áreas estratégicas deben priorizarse en la agencia».